La cita fue como todos los viernes, en la Rambla Cataluña o Paseo Escorza, a un costado de el Museo de las Artes de la Universidad de Guadalajara, a las 10:00 de la noche, pero debido a diferentes causas, tales como llamadas a celulares donde decían “ahí vamos, esperen un poco” fue hasta las 10:20 cuando salimos rumbo al sitio escogido democráticamente, el cual fue el Parque Metropolitano. La madre naturaleza nos obsequió una hermosa noche con una temperatura inmejorable, un cielo que dejaba ver algunas estrellas y una brisa primaveral.
La rodada en esta ocasión fue por las calles Escorza, Cruz Verde, Herrera y Cairo, una cuadrita de Américas para “agarrar” Manuel Acuña, donde hicimos nuestra primera parada, la cual muchos de nosotros aprovechamos para “checar” el aire de las llantas en una gasolinera.
Continuamos por Manuel Acuña casi hasta donde finaliza en la Colonia Santa Rita, a un ritmo marcado por dos amigos que parecía que tenían prisa, pues todos los demás nos esforzábamos por darles alcance, sin conseguirlo. Sin embargo eso le dio un ritmo bastante vigoroso al paseo. Tomamos la Av. Inglaterra para salir a Av. México en el Nodo Vial de los cubos, donde nos subimos al paso peatonal para salir a la Av. Cloutier, por donde rodamos hasta la Av. Beethoven y de ahí directito a la Plaza Roja del Parque Metropolitano, donde después de un breve descanso que aprovechamos para platicar un poco, disfrutando de la frescura que se siente en este lugar, ingresamos a los andadores del parque y le dimos una vuelta al circuito mayor. Una vez reunido de nuevo el grupo en la Plaza Roja, emprendimos el regreso, pero se nos atravesó un Oxxo y aprovechamos para comprar algo para beber y para conocernos un poco, muchos de nosotros nos habíamos visto en otros paseos, así que no fue difícil iniciar conversaciones.
El regreso tan dinámico como la ida, fue por la Av. Guadalupe – Niños Héroes hasta Enrique Díaz de León, para terminar en la Rambla Cataluña a las 00:30 del Sábado, después de haber recorrido aproximadamente 32 Km.
Como es característica en casi todos los paseos ciclistas, el ambiente fue de camaradería, cordialidad y amistad. No hubo ni un solo incidente, nadie se ponchó, nadie se descompuso y todos nos divertimos gozando nuestra ciudad sin contaminarla. No tuvimos tampoco ningún incidente con los automovilistas, quienes curiosos pero respetuosos, nos veían pasar.
Se empieza a hacer costumbre ver caras nuevas en cada paseo y la presencia femenina va en aumento cada vez, lo cual siempre es grato.
Acordamos vernos el próximo Viernes en el mismo lugar y a la misma hora
Fotografia Edgar Fidalgo
Cronica Martin Rodriguez
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